72 horas

Sarah despierta en una cama de hospital sin saber cómo llegó ahí. Lo último que recuerda es que encontró la tarjeta del ayuntamiento en el décimo piso del casino y que, después, Roberta la noqueó. Pronto descubre que está bajo vigilancia por suicidio durante 72 horas, ya que Nicole le dijo al teniente Carlson que habían encontrado a Sarah intentando suicidarse. Holder sabe que no fue así, pero nadie hace caso a sus súplicas. En el tiempo que Sarah estará internada en el ala psiquiátrica, las elecciones terminarán y el caso podrá quedar enterrado para siempre. Como ella sabe lo que está en juego, intenta manipular el sistema para procurar su libertad, pero queda claro que su única forma de salir será enfrentando a su demonio: el caso Picasso.