Un agente encubierto con un príncipe saudí que podría estar financiando actividades terroristas le otorga a Carrie evidencia electrónica reveladora. Mientras tanto, Carrie analiza videos de vigilancia de la vida de Brody en su casa, donde se lo ve perturbado por recuerdos traumáticos y se resiste a la presión del Pentágono y los medios, los cuales pretenden promocionarlo como héroe de guerra estadounidense.