En 1996, Tommy Morrison tenía 27 años y acababa de firmar un contrato que le garantizaba 38 millones de dólares y un enfrentamiento con Mike Tyson. Pero un test positivo de VIH lo cambió todo. Pero esta no es una película sobre la enfermedad. Es una historia personal. Una historia sobre un hombre que representó el ideal masculino y saboreó el botín correspondiente. Luego, todo desapareció.
Tommy
En 1996, Tommy Morrison tenía 27 años y acababa de firmar un contrato que le garantizaba 38 millones de dólares y un enfrentamiento con Mike Tyson. Era reconocido por su papel en Rocky V y, en un momento dado, incluso le llamaban Campeón. Luego, un test positivo de VIH lo cambió todo. Las garantías, los séquitos, el dinero y las mujeres quedaron atrás. Su estilo de vida de excesos había llegado a su fin. El mundo vio a Morrison como otro momento emblemático en la historia del VIH y el SIDA. "Un atleta famoso se convierte en un cuento con moraleja". Pero esta no es una película sobre la enfermedad. Es una historia personal. Una historia sobre un hombre que representó el ideal masculino y saboreó el botín correspondiente. Luego todo desapareció. ¿Cómo se reacciona ante un acontecimiento que cambia la vida de uno? Para Tommy Morrison todo fue negación. No solo negar la enfermedad que regularmente daba positivo, sino no comprender que la vida que apreciaba no iba a volver. Los grandes boxeadores suelen ajustar su enfoque a un oponente en medio de una pelea. Tommy Morrison no pudo hacer ese ajuste. En cambio, siguió luchando ciegamente de la única forma en que sabía hacerlo.