Bluey, Bingo y su madre se divierten jugando por la casa a que el último globo que queda no toque el suelo. Cuando el padre se pone a jugar con ellas, pone a prueba su habilidad.
La madre de Bluey le sugiere que use el globo que les queda para jugar a "Que no toque el suelo". Al principio, es fácil, pero su padre aumenta la dificultad moviendo el globo por la casa con un ventilador y un soplador de hojas y sacándolo por la ventana. Cuando pasa al otro lado de la valla, Lucky y su padre llegan al rescate y consiguen lanzarlo hacia el jardín de Bluey. Al final, el padre de Bluey se pasa y lanza el globo tan alto que nadie llega a darle y explota al tocar la hierba. Por eso, tiene que pagar el precio y hacer él de globo.