Los padres de Eva niegan conocer a los Mulka. Sin embargo, Eva sigue descubriendo indicios que sugieren que pasó parte de su infancia en Auschwitz. En el tribunal, continúa desempeñando su labor como intérprete, a pesar de la carga emocional de escuchar las perturbadoras declaraciones de los testigos. Aunque hayan discutido, tiene pensado seguir adelante con su compromiso con Jürgen. A continuación, descubre algo que confirma sus sospechas sobre la mentira de sus padres.
Los padres de Eva, Edith y Ludwig, niegan conocer a los Mulka. El acusado Wilhelm Boger le dice a su familia que podría pasar algún tiempo hasta que lo soltasen. Diana visita a su amante italiano y le cuenta a su madre que está embarazada, mientras Eva pregunta a sus padres por los Mulka. Jürgen y Eva intentan pasar tiempo juntos como pareja, pero Jürgen no es capaz de mantener relaciones con ella. En el salón de la familia, Eva descubre un dibujo de un niño que se parece mucho a los barracones de Auschwitz. En pos de la verdad, Eva busca el nombre de su padre en la lista de oficiales que sirvieron en Auschwitz. Lo encuentra y discute con sus padres y su hermana por haber vivido en Auschwitz.