Un entrenador, lesionado antes de llegar a las grandes ligas, tiene otra oportunidad como pitcher al acceder a hacer una prueba si su equipo, perpetuo perdedor, gana el campeonato del distrito.
El entrenador Jim Morris (Dennis Quaid) creía que su sueño se había acabado. Se lesionó el hombro jugando al béisbol y se retiró sin llegar a las grandes ligas. En 1999, hizo una apuesta con su equipo, perpetuo perdedor. Si ganaban el campeonato del distrito, Jim haría una prueba. El equipo pasó de ser el peor al primer puesto y Jim iba a convertirse en el novato de mayor edad de las grandes ligas.