Michael Bluth se ve obligado a ayudar a su excéntrica familia y a recoger los platos rotos cuando detienen al acaudalado patriarca y congelan todos sus activos.
La única aspiración del viudo Michael Bluth es ser un buen padre para su hijo de 13 años, George Michael, por lo que decide dejar la empresa familiar y mudarse a Arizona para empezar una nueva vida. Pero la excéntrica familia de Michael lo retiene cuando detienen a su padre, George Bluth Sr., por sus prácticas contables dudosas en Bluth Co. Esto hace tambalearse a la familia y, cuando congelan todos sus activos, supone un enorme freno en sus vidas. A regañadientes, Michael tiene que tirar de las riendas de una familia poco convencional y enseñarles a vivir sin la fortuna familiar.