Alan Strauss es un terapeuta al que un paciente que le ha confesado que es un asesino en serie tiene prisionero. El tiempo se le acaba y Alan se esfuerza por detener a Sam antes de convertirse en cómplice de asesinato o lo que es peor, en una de sus víctimas.
Alan Strauss es un terapeuta al que un paciente que le ha confesado que es un asesino en serie tiene prisionero. Sam tiene una petición terapéutica muy peculiar: que Alan frene sus impulsos asesinos. Para sobrevivir, Alan tiene que calmar la mente torturada de Sam y conseguir que pare de matar, pero Sam evita hablar de temas tan peliagudos. Durante su retención, Alan descubre tanto lo obsesionado que está Sam como todo el trabajo que tiene con él para reparar los daños que le ha causado su familia. El tiempo se le acaba y Alan se esfuerza por detener a Sam antes de convertirse en cómplice de asesinato o lo que es peor, en una de sus víctimas.