Hay un lugar especial en la orilla sur del lago Erie, en la desembocadura del río Cuyahoga, donde vive un grupo especial de fanáticos que, sin importar lo que les hagan la Tribu, los Cavs y los Browns, siempre siguen creyendo.
Fama y el hogar de los Indians, los Browns y los Cavaliers. Pero también es el hogar de una agonizante racha de derrotas. De todas las ciudades estadounidenses que cuentan con al menos tres franquicias deportivas importantes, Cleveland es la única que no ha conseguido ganar un campeonato en el último medio siglo. Esos equipos deportivos, y los corazones que han roto una y otra vez, han inspirado un nombre diferente para la ciudad, y el título de esta película de 30 por 30: "Believeland". Dirigido por Andy Billman, oriundo de Ohio, este evocador documental le llevará en un viaje que se remonta 50 años atrás y capta los altibajos de la que fuera una próspera metrópolis; Superman, después de todo, fue creado allí. A pesar de las desgracias económicas y deportivas, y de la camiseta que reza "Dios odia Cleveland", la gente sigue creyendo y adorando a Jim Thome y Jim Brown y a LeBron James. Pero tampoco pueden olvidar a Edgar Renteria, John Elway y Michael Jordan, los hombres que extinguieron sus sueños de un ansiado campeonato. Por doloroso que sea, "Believeland" es una celebración de fe, un testimonio de lo mucho que el deporte significa para Cleveland, y de lo mucho que Cleveland significa para el deporte.