El dolor de la familia de Wulan es cada vez peor. Wisnu está aun más convencido de que le echaron una maldición a su padre. Wulan y Esa ven a Reno y al señor Harna, su consejero espiritual, colocando un objeto misterioso frente a la casa de Wulan. Y la maldición de la carne halla una nueva víctima.
En 1998, Ahmad abrió su empresa en la ciudad de Banyuwangi. Bondan, su socio, le presentó a su empleada Astuti. Surgieron sentimientos entre ellos. En Jacarta, actualmente, después de la muerte de Ahmad, la tristeza recae sobre la familia de Wulan. Wisnu está más convencido de que le echaron una maldición a Ahmad. Sus sospechas recaen sobre Rima, la primera esposa de Ahmad, quien incomoda a su familia sin parar. Wisnu también sospecha del comportamiento cuestionable de Harun, el nuevo asistente de la familia. Al mismo tiempo, Esa aparece para disculparse por su comportamiento. La visita de Esa acaba animando a Astuti, especialmente después de saber que es el hijo de Bondan, su conocido de Banyuwangi. Al ver a su madre sonreír nuevamente, Wulan comienza a aproximarse a Esa lentamente.