Cada año se pierden millones de objetos en los aeropuertos. Sigue el viaje de las cosas desde que las encuentran en Seattle hasta que las venden en Alabama o las subastan en Pittsburgh.
Cada año se pierden millones de objetos en los aeropuertos. Entre ellos están los sospechosos habituales: teléfonos, almohadas cervicales, bastoncillos para los oídos. Y los menos habituales: dentaduras postizas, esquís, pescado crudo, restos humanos y autos. ¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con todo eso? Sigue el viaje de las cosas perdidas, desde que las recogen en el aeropuerto de Seattle hasta su recuperación en el Centro de Equipajes No Reclamados o su subasta en el aeropuerto de Pittsburgh.